La oratoria es una cualidad imprescindible en la vida laboral, tanto casi como los estudios elegidos.
FUENTE: ABC
El tono de voz, la postura, el control del tiempo, el interés del tema elegido, el vocabulario utilizado... Todo es importante a la hora de exponer en una clase de sexto de Primaria del centro Highlands School Los Fresnos (Regnum Christi), uno de los pocos centros en España donde se estudia oratoria. Por increíble que parezca, los alumnos se pelean por salir a la pizarra y hablar delante del resto de sus compañeros. Hasta el niño más tímido levanta la mano para salir al estrado. Lo han vivido desde pequeñitos. Pero es una excepción. El sistema educativo de nuestro país, al contrario de lo que ocurre en los países anglosajones, no tiene contemplado el aprendizaje de las imprescindibles técnicas de oratoria.
El tono de voz, la postura, el control del tiempo, el interés del tema elegido, el vocabulario utilizado... Todo es importante a la hora de exponer en una clase de sexto de Primaria del centro Highlands School Los Fresnos (Regnum Christi), uno de los pocos centros en España donde se estudia oratoria. Por increíble que parezca, los alumnos se pelean por salir a la pizarra y hablar delante del resto de sus compañeros. Hasta el niño más tímido levanta la mano para salir al estrado. Lo han vivido desde pequeñitos. Pero es una excepción. El sistema educativo de nuestro país, al contrario de lo que ocurre en los países anglosajones, no tiene contemplado el aprendizaje de las imprescindibles técnicas de oratoria.
El sistema educativo español tiene, en este sentido, «un gran
problema de foco», asegura Fran Carrillo, fundador y director de La Fábrica de Discursos, un lugar donde aprenden las
milenarias técnicas de la oratoria y del debate numerosos políticos de este
país. «A la gente no le gusta hablar en público. Hay un déficit formativo
importante, y no hablemos de la actual generación política. Pero los jóvenes son
el futuro, y habría que invertir en ellos. Casi puedo afirmar que la oratoria es
tan importante como la carrera que estudies. Elijas la formación que elijas,
tendrás que comunicarte, expresar tus ideas, establecer argumentos...».
«Un discurso persuasivo –prosigue este experto–, una oratoria clara y
definida es la única llave que puede abrir todas las puertas. Solo con el
talento ya no sirve». Es más, añade, «pienso que una persona preparada pero que
sabe hablar tiene muchas más posibilidades de futuro que una persona con unos
conocimientos increíbles pero que no sabe hablar».
Comunicar con eficacia
Carrillo no entiende por qué no se implanta en nuestro sistema
educativo, de la misma manera que está institucionalizado en el sistema
anglosajón. «Aunque se puede aprender a hablar en público a cualquier edad,
cuanto antes se empiece, mejor». Lo corrobora Agustín Rosa, experto en oratoria
y autor de «Hablar en público es posible si sabes cómo». «Comunicar con eficacia es una
habilidad básica hoy en día, pero raramente se enseña en los colegios
españoles». «Es un error, porque mejorando las habilidades de oratoria y
comunicación en los más jóvenes se conseguiría un efecto positivo en su
rendimiento escolar, y se contribuiría positivamente a su desarrollo personal y
profesional». «En el aspecto laboral conseguirían, entre otras cosas, mejorar
sus habilidades de asertividad, liderazgo y empatía», añade.
La recomendación que hace el fundador de Fábrica de Discursos a todo
el que quiera aprender a comunicar pasa por «leer siempre el doble de lo que se
escriba, escribir el doble de lo que se escuche, y escuchar el doble de lo que
se habla». O, como dice Gonzálo Álvarez, editor del blog «El arte de presentar»: «Para hablar bien en público hay
que pensar bien en privado». Por esta razón, a juicio de Carrillo, lo
primero es iniciar en el niño un proceso de lectura, de observación, de
escucha... un proceso digamos creativo o de pensamiento. «Esas tres son las vías
para comunicar a alguien el pensamiento. Luego ya, si quieren, que profundicen
en las técnicas».
La técnica
Saber trasladar la idea, cómo hacer que esta llegue, y sea tan
persuasiva e influyente que se recuerde, que las personas que te hayan escuchado
la compartan, o cómo hacer que aunque haya pasado el tiempo la idea permaneza en
la mente de la gente... todo eso es un proceso posterior que, según indica el
psicólogo Manuel
Antolín, se puede aprender. «Incluso en casa, dejándoles expresar sus
propias ideas y desarrollando en nuestros hijos una actitud crítica que permita
que se sientan seguros». O como actividad extraescolar, sugiere Carrillo, algo
ya posible en centros como La Fábrica de
Discursos, que organiza cursillos y campamentos de fin de semana y torneos
de debate para jóvenes, o la Escuela Europea de Oratoria, donde ofrecen cursos para niños a
partir de los siete años. «Este tipo de formación era muy necesaria para los
niños», corrobora Mónica Pérez de las Heras, fundadora y directora de la EEO. «Nosotros en nuestras clases utilizamos técnicas
teatrales, inteligencia emocional, programación
neurolingüística, y el fortalecimiento de la autoestima, que es algo fundamental
en los más pequeños. Tienen
que deshinibirse, no tener miedos, no acobardarse ante los demás, creer en ellos
mismos... todo esto se consigue en nuestras aulas», explica Pérez de las
Heras, también autora de los libros «El secreto de Obama» y «Escribe, habla, seduce». A su juicio, en la actualidad es más
importante que nunca que los niños aprendan a hablar en público. «Hoy, más que
nunca, lo que digas se quedará reflejado en las redes públicas. Como la charla
que impartí hace poco de tan solo dos horas, que lleva más de 180.000 visitas
en Youtube», asegura.
«Es una realidad. Cuando lo trabajas desde una juventud incipiente,
es más fácil dominar la técnica», añade Fran Carrillo. «Aunque yo tengo varios
alumnos de más de sesenta que han salido elegidos ediles en su pueblo y tienen
que hablar todos los días en el pleno. La oratoria no tiene fecha de
caducidad. Solo hay que tener voluntad de aprender a paliar los vicios»,
concluye.
En Norteamérica
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