Los
expertos ven difícil la implantación del modelo alemán en la nueva Formación
Profesional
La Razón | 07 de octubre de 2013. | L. R. S.
«Teniendo en cuenta
las características y situación económica del país, la participación de la
industria española es esencial para el desarrollo de un sistema dual en
España», afirma Dieter Euler, investigador alemán y autor del estudio «El
sistema dual en Alemania: ¿Es posible transferir el modelo al extranjero?»,
publicado por la Fundación Bertelsmann. El autor también considera que valorar
sólo el coste económico del modelo «es un error, porque una buena educación
consigue rápidamente rendimientos que superan los costes».
Hay que recordar que, a finales de 2012, el Gobierno presentó la nueva
Formación Profesional Dual, un nuevo modelo que el mismo Ejecutivo reconoció que
estaba inspirado en el modelo alemán, al combinar la formación que se recibe en
los centros con las prácticas en empresas.
Con las cifras de desempleo juvenil en Europa es inevitable que los
gobiernos se planteen imitar el modelo de formación profesional dual alemana
para tratar de paliar los efectos de la crisis económica. En el estudio de la
Fundación Bertelsmann, Euler clasifica el sistema dual en once variables (los
llamados elementos constituyentes) y analiza, para cada una, qué posibilidades
existen de transferencia a otros países y cómo se podrían adaptar a las
características y necesidades de dicho país.
Entre estas variables analizadas están, por ejemplo, el modo de
financiación del sistema dual; la finalidad que tiene la formación; la
cualificación del personal docente o la aceptación social de este sistema
educativo.
El estudio muestra que trasladar íntegramente el modelo alemán no es
posible por las diferencias existentes en cada país en el sistema educativo,
las políticas económicas o las características de las empresas. «El sistema
dual no es un producto cerrado, sino que ofrece muchas opciones de diseño para
su puesta en marcha», afirma el autor. «A su vez, no se trata de un programa
coyuntural con resultados a corto plazo, pero cada curso de formación también
significa un paso contra el desempleo juvenil».
El prestigio de la formación profesional en los diferentes países «se
genera a través de la difusión de modelos atractivos y exitosos». Como ejemplo,
el autor menciona Alemania y Suiza, «donde la carrera profesional basada en la
formación no se trata solo de un eslogan, sino que forma parte de la biografía
de muchos jóvenes».
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