ABC |carlota fominaya | 29/10/2013
Entrevista Maria Acaso.
La autora de rEDUvolution es a la educación lo
que Ferrá Adriá a la gastronomía en la Fundación Telefónica
rEDUvolution (Paidós) afirma durante la entrevista que «no existe
Trastorno de Déficit de Atención, solo niños aburridos en clase», a
sabiendas de que ha entrado en terreno cuanto menos, espinoso. A la directora
de la Escuela de Educación Disruptiva (EED) de la Fundación Telefónica no le
importa la controversia que generará el titular, porque está absolutamente
convencida de ello. A su juicio, «medicar con anfetaminas a niños de dos años
para que se concentren es, sencillamente, una barbaridad». «¿No sería mejor
pensar en cambiar la educación que reciben?», se pregunta en alto esta docente.
«Resulta ya un lugar común hablar de la obsolescencia del sistema educativo
actual y de la apremiante necesidad de realizar un cambio tanto de contenidos
como de metodología, de romper el pasado pero... ¿cómo hacerlo?». La autora de
—En rEDUvolution, su último y
provocador libro, propone realizar un cambio de paradigma. ¿Es que está mal?
—No es que
esté mal, es que no sirve. Los niños van con sus Mp3, sus móviles 3G... y su
flauta dulce. ¡Por favor! Ha cambiado todo, y sobre todo lo que tiene que ver
con la gestión del conocimiento. Igual que un médico no puede operar sin
anestesia, como en el siglo XIX, hoy no se puede aprender con una lección
tradicional, donde lo único que se consigue es una educación bulímica, donde te
atracas de información que vomitas el día del exámen y a los tres segundos
cuando has salido por la puerta has olvidado todo. Ese es el paradigma al que
te lleva una educación trandicional. Hay que ir hacia una educación
experiencial, motivadora, activa... Mientras que en otras disciplinas está
super aceptado que el inconsciente lo que hace es modificar todo el proceso de
absorción de datos, en pedagogía no. A día de hoy parece que todos los alumnos
tienen que entender la clase de la misma manera, coger los mismos apuntes y
decirlo igual durante el examen. El primer paso para la rEDUvolution es admitir
que esto no es así. Como profesores aceptaremos que nosotros enseñamos y que
los alumnos aprenden otras cosas. Tu das una clase a viente personas y cada uno
va a elaborar según su propia biografía, su creatividad, sus conocimientos...
un discurso diferente. Eso es el hecho educativo.
—¿Qué supone aceptar eso?
—Ya
no tiene mucho sentido programar por objetivos, porque no se van a cumplir.
Quizás sea mejor elaborar en lugar de pequeños objetivos grandes metas,
abiertas y flexibles.
—Su rEDUvolution conlleva aceptar
las pedagogías invisibles. ¿A qué se refiere?
—Aceptar
que se aprende más de lo no es explícito que de lo que es explícito. Lo
explícito es lo que el profesor dice, el libro de texto, el power point... pero
luego hay montones de cosas desde la iluminación de la clase, cómo va vestido
el profesor, o cómo está organziado el aula que nos está dando mucha más
información que lo que nos está diciendo este. Todo lo referente a las
pedagogías invisibles se obvía en la pedagogía tradicional y hay que
recuperarlo.
—¿Cuál debe ser el papel del profesor en esta nueva
pedagogía?
—Su papel
debe entenderse como un productor cultural, como un artista. Debe saber coger
conceptos y remixearlos, entendiendo como remixear el sistema de producción
contemporánea. Eso no es copiar. Es relacionar. Y crear tu «playlist» de la
clase.
—Usted propone empezar por cambiar la función del
profesor, al que se refiere como «coacher».
—Sí, el
profesor debería priorizar la agenda de tus alumnos por encima de todas las
cosas, especialmente por encima del centro, del sistema educativo, de tu propia
agenda. en la educación tradicional el profesor impone todo, los contenidos,
las formas, las metodologías, y ahora creo que debería ser muy importante
aprovechar los saberes de los alumnos e incorporarlos al revés. Qué le interesa
al alumno por encima de qué le interesa al profesor. Nos referimos a las ocho
inteligencias de Howard Gardner.
—Eso es una utopía, tanto si tienes cinco alumnos como
si tienes diez, pero mucho más si tienes treinta.
—En
cualquier caso, lo que sí que hacen los profesores es negar los intereses de
los alumnos. No se trata tanto de hacer treinta clases distintas, si no de
decir, voy a intentar ver qué es lo que les interesa a los alumnos y de
incorporarlo al aula, en general. Si les interesa el fútbol, a lo mejor puedo
incorporar este deporte como recurso para explicar las matemáticas. Enseñar
videoarte a los adolescentes es muy difícil, pero si les enseñas videoarte a
partir de videoclips es muy fácil. Creo que los niños, los adolescentes, tienen
intereses, entonces, el profesor creativo es capaz de encontrar ese link.
—¿Por eso señala la creatividad del profesorado como cualidad
indispensable?
—Siempre
se habla de la creatividad del alumno, pero me parece fundamental la
creatividad del profesor, pero por encima de sus competencias y de sus
conocimientos, un profesor creativo va a llegar a todo y va a realizar unas
unidades didácticas maravillosas. Se va a olvidar del libro de texto y va a
crear unas experiencias increíbles.
—Debería cambiar su formación también.
—Sí,
claro. El problema que yo veo en la pedagogía es que se lleva a cabo un proceso
de reproducción en la formación del profesorado. Te pasas media vida quejándote
de tus profesores pero cuando tú te conviertes en uno vuelves a hacer lo mismo.
Un docente novel, supertemeroso, se mete en un aula de Secundaria con cuarenta
adolescentes y no sabe qué hacer y se hace el duro, sin darse cuenta de que lo
que tiene que hacer es lo contrario.
—¿Dónde queda la Ley de Autoridad del profesor, tan
necesaria en algunos casos incluso de agresión al maestro por parte del
estudiante?
—Pedagogía
y poder... En una estructura de control... No sólo hay que parecer democrático
sino que hay que serlo. Todos somos democráticos de boquilla. Luego llegamos al
aula y somos autoritarios. Si estamos hablando de democracia, no puedes llegar
y hacer un monólogo. O no puedes hablar de democracia y subirte a una tarima.
—¿Qué estrategias de cambio propone para acabar con
éxito con estas rigideces?
—La
primera de ellas es crear en clase una «comunidad», en lugar de la antagonía
«profesor y estudiante», que además en este momento en que el estudiante tiene
muchos conocimientos pro ejemplo de tecnología, ¿que vas a hacer? En la idea de
la comunidad,entra el profesor como coacher, como acompañante, pero es que ni
siquiera es un acompañante, los profesores y estudiantes como coachers unos de
otros. Si tu tratas al alumno más como un igual, y le das más poder, sus
problemas se reducen. Esos problemas aumentan cuanto más autoritario es el
sistema. Si tu a un alumno le das responsabilidad, todo mejora. Si le obligas y
le das disciplina solamente, al final surge el miedo. Hay que recuperar los
afectos en el aula, son muy importantes.
Habitar el aula
—¿Qué es y cuál es la máxima del edupunk, al que usted
hace referencia?
–Más que
una metodología es un nombre, un paraguas donde se recogen todas las metodologías
que no son la metodología tradicional. La máxima es que tu no puedes cambiar
los contenidos sin cambiar la arquitectura pedagógica. No puedes abogar por una
educación diferente mediante una lección magistral. No puedes dar una clase con
un mobiliario industrial si quieres hacer una clase orgánica. Hay que revisar
el formato y cambiarlo.
–También habla usted de habitar la clase.
–Claro, la
pedagogía es mente, pero también es cuerpo. ¿Cómo se entiende el cuerpo en el
acto pedagógico? Sentado (horas), sumiso... No es que haya niños con déficit de
atención (TDA), lo que hay es niños aburridos. Es un problema superserio, cómo
se está medicando de forma a lo bestia, con anfetaminas, a niños desde los dos
años. Menos medicina y más Reduvolution. Es un problema terrible que vemos cada
vez más, si se cambiara el sistema te aseguro que habría menos TDA. No hay que
medicar a los niños, que simplemente se quieren mover, sino cambiar el sistema.
–¿Lo más próximo que tenemos a este sistema es la
metodología por proyectos?
—Sí.
Definitivamente sí, pero en España hay muy poca la oferta en educación
alternativa.
—¿Están justificadas para usted la huelga del
profesorado del pasado jueves 24 y la manifestación del sábado?
—Lo que
indican ambos actos es que la gente está pidiendo una rEDUvolution. Están pidiendo a
gritos que el profesorado esté mejor pagado, bien considerado, bien formado...
como en el modelo finlandés, donde la clave está en el profesor.
—Los profesores finlandeses también se lo ha ganado.
Al parecer son los mejores de la promoción, y luego pasan evoluciones
continuas.
—Es
cierto, el profesor finlandés está muy bien formado, es la élite. Pero también
está super reconocido socialmente. En cambio aquí la labor del profesor está
desprestigiada, precarizada... El problema fundamental es la formación del
profesor.
—¿Y cómo se soluciona eso?
—Cambiando
el sistema. Nota de corte para pedagogía, igual que en una ingeniería.
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