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martes, 8 de octubre de 2013

Los fallos en los que no debe caer un profesor digital

abc familia / madrid / 07/10/2013
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Debe ser una persona emprendedora, estar al día, creativa...

 

Las nuevas tecnologías han obligado a la profesión docente a un reciclaje acelerado para adaptarse a un entorno digital muy útil en el aula, siempre que se utilice de forma inteligente. Estas nuevas herramientas han cambiado la forma en la que los profesores dan y preparan sus clases. Ya no se trata solo de clases presenciales en las que el estudiante escucha desde un pupitre las enseñanzas de un maestro. Ahora resulta fudamental fomentar la participación del alumno.
Esto tampoco significa «usar en clase presentaciones informatizadas en las que el profesor solo tiene que limitarse a leer el contenido de las diapositivas», según explica José Fernando Calderero, decano de la Facultad de Educación en la Universidad de La Rioja (UNIR).
«Más bien todo lo contrario, ahora el profesor tiene que «potenciar la singularidad de cada alumno, su interactividad con los compañeros, con el profesor y otros ámbitos sociales, su creatividad y su interés por el conocimiento y por el desarrollo de sus capacidades», algo que es muy bien recibido por los estudiantes a través de cientos de actividades educativas. No seguir este camino en la actualidad supone el fracaso. Calderero advierte que «los alumnos que perciben que su escuela sigue anclada en el pasado sufren una desmotivación global que les hace pesada su actividad escolar»
 
El profesor de hoy debe ser una persona emprendedora, estar al día y pendiente de qué es lo que funciona en el aula. Almudena Castellanos, profesora de Tecnología de la Información y Comunicación aplicadas a la educación en los Grados en Maestro de Educación Infantil y Primaria de UNIR, añade otras cualidades para el profesor tecnológico.
«No es un ingeniero informático, es más bien un profesor motivado, creativo, que cree en su profesión y sabe sacar lo mejor de cada alumno, que aprovecha las herramientas para mejorar su forma de enseñar, para construir actividades constructivas y participativas y para generar cultura en la era digital».
 
En resumen, y según Calderero, estos son las virtudes de las que debe hacer gala un profesor digital de hoy y los fallos en los que no puede caer:
Virtudes
  • Habitual de las redes sociales. Además de la rentabilidad pedagógica-didáctica que obtiene, le proporciona una interesante cosmovisión.
  • Por su propio perfil entenderá mejor al alumno ya que participa de su situación de «permanente aprendiz».
  • Le resulta más fácil contrastar distintos puntos de vista lo cual es muy formativo y puede contribuir a facilitar el diálogo intercultural.
  • Los alumnos percibirán al profesor como alguien cercano que no limita las relaciones con ellos exclusivamente al aula.
Fallos
  • Corre el peligro de no prestarle suficiente atención al contenido y/o a la ciencia o al acervo cultural recibido de las generaciones anteriores.
  • Puede caer en la trampa de preparar poco sus clases ya que… ¡está todo en la Red! propiciando un aprendizaje superficial que, contrariamente a lo deseable, puede conducir a que los alumnos tengan falta de criterio e incapacidad para discernir los contenidos fiables o relevantes.
  • Es fácil limitarse perezosamente a consultar sólo la información concordante con las propias ideas generando espacios endogámicos e intolerantes. 
  • Llevado por un excesivo deseo de ser aceptado por los alumnos, puede caer en un «coleguismo» que en la práctica le produce el rechazo de los propios alumnos que desean tener «confianza» pero no «confianzas». En el necesario, e imprescindible, encuentro interpersonal profesor–alumno es necesaria una cierta asimetría que permita eficientemente alcanzar los objetivos educativos.

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