La mayoría de los centros plantean líneas de ayuda
económica para
las familias. La calidad educativa justifica un gasto que alcanza los 500 euros
al mes.
diario DE SEVILLA | Diego J. Geniz
Pese a lo que se pueda pensar, la
educación privada gana adeptos en Sevilla. En plena crisis y sin que aún se
atisben los brotes verdes, muchas familias optan por este tipo de
enseñanza y no escatiman en destinar buena parte del sueldo mensual a pagar
la plaza de sus hijos. Los datos aportados por la Delegación provincial de
Educación a principios de curso así lo corroboran: en dos años el alumnado de
estos centros ha aumentado un 10,5%, una cifra que sitúa por encima de la
registrada en las matriculaciones de los colegios públicos y concertados
durante dicho periodo. A ello también ha contribuido, en cierta manera, la
línea de ayudas establecida por los titulares de estas escuelas, que la han
ampliado para hacer menos costoso la enseñanza a las familias y permitir el
acceso a este tipo de educación.
Las cifras constatan el aumento. En septiembre de 2011 había 18.472 alumnos
matriculados en colegios privados de Sevilla. Dos cursos después esta cifra
alcanza los 20.419. Aunque el número de estudiantes sólo se haya incrementado
en 1.947, esta subida es mayor porcentualmente que la lograda en la pública y
la concertada. Así, a principios del curso 2011/12 las plazas ocupadas en los
centros de titularidad de la Junta en la provincia alcanzaban las 332.728.
Actualmente esta cantidad llega a los 346.998, es decir, un 4,29% más. En los
concertados, la tasa de crecimiento ha resultado de un 2% al pasar de 79.354 a
80.951 escolares en este periodo. Por tanto, el porcentaje más alto es el de
los privados, con un 10,5%.
Pero, ¿a qué se debe este incremento en época de penuria económica? Aunque las
matriculaciones en este tipo de centros sólo representen un 4,5% de todo el
sistema educativo sevillano, es digno de destacar que haya padres dispuestos a
desembolsar cantidades mensuales que rozan, incluso, los 600 euros por la
enseñanza de sus hijos. La razón la explica Matilde Duque Reina, directora del
Colegio Albero Durero (también conocido como Colegio Alemán), uno de los de
mayor prestigio de la capital andaluza: "Se trata de familias que apuestan
claramente por la educación como la mejor inversión de futuro,
independientemente del nivel económico que posean, que muchas veces no es demasiado
alto".
Precisamente para atender a las dificultades que se les plantea a muchos
progenitores durante el curso, los titulares de la mayoría de estos centros han
establecido líneas de ayuda o las han ampliado con la crisis. Con la que suelen
contar casi todos es la bonificación a las familias que ya tienen uno o varios
hijos estudiando en el colegio. Así, el Colegio Internacional Europa, en
Espartinas, reduce un 10% la mensualidad al segundo hermano que se matricule,
un descuento que puede llegar a la gratuidad en caso de que sean cuatro los que
decidan escolarizarse en este centro, referente del intercambio con otros
colegios de prestigio en el extranjero.
Otra de las ayudas es el seguro por fallecimiento, que garantiza que el alumno
continúe cursando las enseñanzas en el colegio en caso de que muera alguno de
los padres y se vea
afectada la economía familiar. El Colegio Tabladilla, en Dos Hermanas, da un
paso más ante las actuales circunstancias y ha contratado una compañía de
seguros para cubrir el importe de la plaza en caso de que los progenitores o
tutores se queden en paro.
Por otro lado, las becas constituyen un tipo de financiación para los alumnos
con necesidades económicas. En el Colegio San Francisco de Paula esta ayuda se
facilita a los estudiantes con escasos recursos para que se matriculen en el
programa del Bachillerato Internacional.
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