YODONA / BABYBLOG / SILVIA GIAO
La psicomotricidad es una disciplina
que está ya instaurada en todas las escuelas infantiles en mayor o menor grado.
En algunos coles incluso se ofrece como actividad extraescolar. En realidad,
¿qué es eso de la psicomotricidad? ¿Es como la educación física o la gimnasia?
Como bien indica su nombre se ocupa, por un lado, de la parte motriz y, por
otro, del psiquismo. Es decir, incluye el desarrollo global del niño (movimiento,
emoción y cognición), así que es algo más que educación física.
La principal característica en los
niños de 0 a 6 años es el movimiento, por lo tanto, ésta es una disciplina
fundamental en su desarrollo. Es una técnica que le va a ayudar a desarrollar
y perfeccionar todos los aspectos relacionados con el movimiento corporal.
Por medio de este movimiento podrá descubrir y explorar el mundo que le rodea
y, al mismo tiempo, entrar en relación y comunicarse con otros niños y adultos
poniendo en juego toda una serie de afectos, emociones y sentimientos que, a su
vez, conforman el andamiaje sobre el que se van construyendo y asentando todos
los aprendizajes cognitivos.
En niños tan pequeños todos estos
aspectos (motor, socio-afectivo y cognitivo) están interrelacionados, no se
pueden tratar por separado. Por tanto, la psicomotricidad es
fundamental en esta etapa.
¿Cómo se lleva a cabo? Dependerá
mucho de los centros pero, por norma general, las sesiones consistirán en una
serie de juegos o dinámicas, más o menos dirigidos por el adulto, y que serán
distintos en función de la corriente que sigan. Estas actividades ayudarán al
niño a potenciar su desarrollo motor (voltear, arrastre, gatear, equilibrio,
rodar, saltar, trepar, coordinación...), a su desarrollo emocional (tristeza,
alegría, enfado, ira...) y, por lo tanto, a su desarrollo cognitivo o
aprendizajes (grande-pequeño, dentro-fuera, alto-bajo, los números y
las nociones de cantidad, ancho-estrecho, rápido-despacio formas
geométricas...). Normalmente, las sesiones de trabajo son en grupitos de
varios niños, dependiendo de las edades.
¿Cuáles son sus beneficios?
Múltiples. El niño aprende a conocer su propio cuerpo y sus posibilidades de
acción. Pone en juego todas sus habilidades motrices. Le anima a explorar y
descubrir el entorno que le rodea de manera autónoma. Le ayuda a descubrir que
existen dificultades pero que se puede enfrentar a ellas de distintas maneras.
Le anima a buscar nuevos desafíos, a relacionarse y jugar con otros niños
respetándose (no hacer daño a uno mismo ni a los demás) y todo ello de
manera divertida, porque lo hacen jugando.
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