Mientras en Finlandia el acceso a la educación tiene lugar a los
siete años, en España es a los tres. Pero pese a estos cuatro años de ventaja
de los alumnos españoles, los finlandeses obtienen los mejores resultados en
los informes Pisa. "¿Qué hacemos durante este tiempo?, se preguntó
Carbonel. Desde Concapa, "con los datos sobre la mesa, pretendemos que los
políticos tomen en cuenta lo que demanda la sociedad española". Así, según
el Barómetro de Concapa, los españoles valoran la educación española con un
6,2. Las 12 leyes de educación diferentes en la España democrática demuestran
que "no ha habido un consenso entre los grandes partidos, y parece que no
llegarán nunca a un acuerdo nacional en materia educativa". Aunque, según
comentó el director técnico del estudio, Fernando González Granda, "en los
grandes temas no hay diferencia entre la izquierda y la derecha, porque todos
queremos una educación mejor, que nuestros hijos lean más...". De hecho,
según explicó Carbonel, la "asignatura pendiente" de la educación en
España es la lectura. Así, siete de cada diez personas opinan que los alumnos
no leen lo suficiente en el colegio.
En el mismo sentido, nueve de cada diez españoles consideran que
el material escolar y los libros de texto en la enseñanza no universitaria
deben ser propiedad del centro y este prestarlos año tras año a los alumnos,
porque hay un punto en el que la sociedad está de acuerdo, y es en el precio
excesivo de los libros, según muestra el estudio. En relación a las becas, el
barómetro demuestra que los españoles otorgarían las becas en función de la
situación económica familiar y el esfuerzo del alumno. Por otro lado, Carbonel
también apostó por la modernización del sistema educativo, aunque esta
modernización no tiene porqué ir acompañada de renovación tecnológica. De
hecho, sólo un 8% apuesta por sustituir todos los libros por tabletas. En
concreto, los jóvenes de entre 18 y 35 años son los menos proclives al uso
escolar único de tabletas.
Familia y televisión
El estudio también valora el comportamiento de la televisión
ante los menores. "Los medios de comunicación tienen como función formar,
informar y entretener, pero no lo están cumpliendo con los menores",
subrayó Carbonel. Además, alertó de que los horarios infantiles no se están
cumpliendo. De este modo, nueve de cada diez personas cree que las
administraciones deben establecer mecanismos para que las familias puedan
quejarse frente a programas de televisión inadecuados para menores. Asimismo,
el 93% cambia de canal cuando ven programas impropios para menores, pero,
"¿qué sucede cuando los padres no estamos delante?, se preguntó el
presidente de Concapa.
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