CÉSAR NOMBELA Rector de la Universidad Menéndez Pelayo
EL PAÍS. Elisa Silió. Comunidad de Madrid 23 JUN 2013
Hace
cinco meses, César Nombela (Carriches, Toledo, 1946), discípulo de Severo
Ochoa, catedrático de Microbiología, expresidente del CSIC y controvertido
miembro de la Comisión
de Bioética, tomó posesión del cargo de rector de la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo. Se unía así a una larga lista de prestigiosos
rectores como el lingüista Méndez Pidal, el ministro Ernest Lluch o el jurista
Raúl Morodo. La UIMP,
que en invierno tiene su residencia en Madrid, ha hecho las maletas —mobiliario
y ordenadores incluidos— para desplazarse al palacio de la Magdalena, en
Santander, que acoge sus cursos de verano, hasta septiembre.
Pregunta.
Es evidente que muchas universidades han copiado su modelo de cursos de verano.
Respuesta.
Al ser la UIMP la primera ha marcado pautas. Existen muchos cursos, pero el
tiempo va racionalizando estas cosas. La UIMP ya hace tiempo que creó
actividades en otras sedes. Somos una universidad para la alta cultura, la
especialización y la investigación que tiene capacidad no solo de desarrollar
cursos avanzados, sino posgrados. Tenemos 30 másteres y titulaciones propias,
con 1.200 alumnos, y tenemos en estudio otras iniciativas. El ministro Wert
plantea que la UIMP debe convertirse en la punta de lanza de la
internacionalización.
P.
Y ahora que se supone que los grados van a estar focalizados en una salida
práctica, ¿estos posgrados pueden completar la formación?
R.
Pueden ser decisivos, y lo son cada vez más, para situar a la gente en el
mercado de trabajo. El grado universitario, aun cuando se le demande capacidad
práctica, tiene que ser sobre todo formativo: configurar unos hábitos de
trabajo y unas aptitudes y actitudes intelectuales. Hay que formar para un
posicionamiento en el mundo actual en el que la ciencia, la cultura y la
sociedad demandan posgrados.
P.
No puede negar que hay conferenciantes profesionales de los cursos de verano,
que saltan de uno a otro.
R.
Hay personas de una categoría y experiencia cultural y científica que durante
mucho tiempo tienen algo que decir. Y, naturalmente, son las más reclamadas.
Pero uno de nuestros propósitos ha sido renovar. En la UIMP tenemos unas 10 escuelas
que llevan nombres de gentes ilustres y aunque el director se mantenga cada año
son impartidas por nuevo personal.
P.
Su universidad tiene un carácter especial y no se enfrenta al drama económico
de otras. ¿Se siente un privilegiado?
R.
Formo parte de la Conferencia de Rectores y sé de sobra que mis problemas son
diferentes a los de mis colegas. No tenemos una plantilla de profesores
permanentes —contratamos expertos que tienen algo que aportar—, pero ellos
tienen sus problemas y yo los míos.
P.
¿Y cuáles son los suyos?
R.
Tenemos que crear actividad y generar los recursos. Me encontré una situación
saneada. Como organismo autónomo de la Administración General del Estado no
podemos estar generando deudas a los proveedores, como está ocurriendo en algunas
universidades, donde los responsables a veces usan recursos de investigación
para pagar otras cosas o viceversa. Hemos tenido que racionalizar nuestra
gestión y hemos logrado incrementar el número de cursos y de patrocinio. No es
gastar más, sino lo mejor posible y plantear una oferta con el planteamiento
coral que ha tenido la UIMP en sus momentos mejores.
P.
Cuando presidió el CSIC afirmó que era “prioritario” que volviesen los
científicos y asistimos a la mayor desbandada.
R.
Asumí la presidencia en el año 1996 y había un cierto paralelismo. La economía
tenía que reorganizarse, había mucho paro que afectaba a los científicos y
había que cumplir los criterios para entrar en el euro. Me empeñé mucho en un
sistema racional de contratar científicos y, a pesar de las dificultades, logré
el apoyo del Gobierno. A la ministra Esperanza Aguirre la convencí de un
programa de plazas específico para el CSIC y conseguí un implemento sustancial
de la plantilla de científicos que todavía muchos recuerdan. Y supongo que me
va a preguntar: ¿Qué hay que hacer ahora?
P.
Claro. Solo hay recortes y recortes.
R.
En la legislatura pasada empezaron los recortes con gran intensidad y nuestras
inversiones en I+D+I descendieron en todos los capítulos. Ahora necesitamos
recuperar el impulso que tiene que ser en calidad, impacto y rentabilidad. Se
necesita que el sector privado invierta más y eso requiere políticas de
incentivación de la innovación. Algunos sectores casi tienen el 100% de su
facturación en el exterior. Hay que cuidarlo, porque pueden estar las raíces de
una superación de los problemas. Pero mientras veamos los datos macros no nos
podemos dar por satisfechos.
P.
Este declive de la producción científica nos va a pasar factura.
R.
Esta etapa no es nada positiva. Desde 2006 debía haber un segundo despegue.
Podemos superar la sustitución; muchos científicos españoles que se formaron
aquí y continuaron en otro sitio pueden volver. Tenemos los instrumentos y hay
que encontrar nuestro lugar en el mundo globalizado.
P.
¿Pero especializándose en alguna cosa?
R.
Todas las comunidades científicas se basan en señalar prioridades: la salud, el
medio ambiente, la energía… Y en España tenemos recursos biológicos, problemas
de temas marinos, la dieta mediterránea que es un modelo en aspectos favorables
de nutrición… Tal riqueza de temas que deberíamos de liderar su investigación y
especialmente en la universidad.
P.
¿Apuesta porque algunas universidades se centren solo en la docencia, como pide
el Comité de Expertos?
R.
Las universidades que pueden estar a la vanguardia de la ciencia tampoco son
muchas en España como no lo son en otros países. Algunas podían ser mejores en
aspectos tecnológicos, otras en producción científica y otras en formación. Hay
que reformar en profundidad la gobernanza, la selección del profesorado…
P.
¿Encuentra tiempo para la Comisión de Bioética?
R.
No es un territorio pacífico. Hay gentes que piensan que su papel no es exponer
una opinión, sino buscar los mínimos…. Soy consciente de que tengo que
gestionar una universidad, pero eso no debe impedir que reflexione en estos
temas.
P.
¿Van a tratar el tema de la reforma de la ley del aborto en el Comité?
R.
No se nos ha solicitado opinión, pero creo que lo harán de cara a las reformas
que el Gobierno quiera anunciar. Los comités son consultivos. Si no la piden,
de todos modos el comité la dará porque tiene libertad. Soy defensor de la
dignidad del no nacido y creo que además no es parcelable y tiene derecho a que
se respete su vida y su dignidad.
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