Fuente: Asociación
Arvo | Jorge Balvey
Massimo Piattelli, profesor del MIT
(Massachusetts Institute of Technology), acaba de publicar un libro sobre el
arte y el placer de aprender. Le Goút des études ou comment l"acquérir
(Editions Odile Jacob, 1993), trata de dar pistas a los alumnos para que
superen el pesimismo que a veces les bloquea ante los libros. Seleccionamos
algunas respuestas de Piattelli en una entrevista realizada por Dominique
Simonnet para L"Express (París, I5-1-93).
Plattelli no niega que sea necesario el
esfuerzo para aprender cualquier materia, pero cree que hay que añadirle placer
y satisfacción. "una de las maneras de encontrar el atractivo de las
materias enseñadas en la escuela es justamente considerarlas en su conjunto,
comprender que se prolongan en la búsqueda de una cima. La filosofía no se
detiene a comienzos de siglo como en la mayoría de los manuales, la historia
continúa después de la II Guerra Mundial, la física tiene que ver con los
descubrimientos científicos recientes... Los conocimientos hunden sus raíces en
la realidad y no cesan de desarrollarse, independientemente de la escuela.
Advertir esto es ya un aprendizaje del gusto".
Considerarse como una especie de investigador
ayudará al estudiante. "Pero, al igual que el científico, no puede esperar
sentirse entusiasmado en todo momento. El astrofísico no se dirige todos los
días al trabajo diciéndose: "hoy voy a resolver el enigma del universo.
No. También él sufre la rutina, como todo el mundo. Pero lo esencial es no
perder el sentido de lo que se hace, cultivar las motivaciones primeras y saber
que existe también un verdadero placer de aprender, una verdadera satisfacción
estética". Por supuesto, están los exámenes: "Hay plazos, urgencias. En
la escuela como en la vida. Pero cada estudiante debería también aprender a ver
más allá de la etapa escolar, a pararse un poco y preguntarse: ¿de qué sirve
tal materia en mi vida? ¿Me enseña algo? ¿Me gusta lo que estudio? No hay que
esperar a una situación de crisis para interrogarse".
Si una materia no gusta hay que buscar el
motivo. "Hay que identificar el obstáculo; puede ser el esfuerzo de
memoria que impone (pero eso puede mejorarse). la parte de abstracción que
comporta (a algunas personas eso les gusta, a otras no), o la perseverancia que
exige". En cuanto a las matemáticas, puede ser "un gusto difícil de
educar, pero es posible. Todos experimentamos un bloqueo natural ante los
números. Pero se puede vencer de la misma manera que se combate el miedo al
agua cuando se aprende a nadar. La mejor manera es abordar los problemas como
enigmas o rompecabezas. (...) Las matemáticas se convierten entonces en una
gimnasia mental que nos procura satisfacción".
Se puede encontrar placer en cada disciplina si
se advierte su sentido: "si se advierte, por ejemplo, que la filosofía no
es sólo una reconstrucción del pensamiento de algunos autores, sino también una
educación de la sabiduría, una respuesta a los grandes problemas de nuestro
tiempo... O si se comprende que, tanto en los problemas de los cambios de
velocidad de una bicicleta como en las cuestiones de astronomía, la física
prosigue la misma y fascinante búsqueda de las constantes de la
naturaleza".
De todos modos, el gusto por una asignatura no supone necesariamente que uno tenga más posibilidades de destacar en ella: "EI talento no está ligado al placer. jsi es el caso, tanto mejor! Pero es preferible apoyarse en nuestros puntos fuertes. A cada uno toca identificarlos. Yo veo a menudo estudiantes que, manifiestamente, han escogido la disciplina que preferían antes que la que les convenía. Es una visión demasiado romántica del estudio, que hay que rechazar".
De todos modos, el gusto por una asignatura no supone necesariamente que uno tenga más posibilidades de destacar en ella: "EI talento no está ligado al placer. jsi es el caso, tanto mejor! Pero es preferible apoyarse en nuestros puntos fuertes. A cada uno toca identificarlos. Yo veo a menudo estudiantes que, manifiestamente, han escogido la disciplina que preferían antes que la que les convenía. Es una visión demasiado romántica del estudio, que hay que rechazar".
Respecto a los contenidos de la enseñanza,
Piattelli afirma que "la escuela debe dar un saber de base y el gusto de
cultivarlo. Es su misión. En Estados Unidos, se intenta conectar la educación
con la vida cotidiana. Resultado: los jóvenes norteamericanos no tienen
hondura, les faltan conocimientos que dejen poso. (...) Hay que captar al menos
las raíces de los conocimientos esenciales, sus bases históricas, comprender la
lógica de una disciplina y aprender a utilizar bien los instrumentos
intelectuales. No se puede contentar uno con lo que se supone que es útil para
superar un examen. Hay que reaccionar ante esta obsesión por lo inmediato, por
la superficialidad".
No hay comentarios:
Publicar un comentario